Hoy está nevando en Liuramae. Dicen que es la mayor nevada de hace 50 años o algo así. En cualquier caso, los que llevan aquí desde el principio, hace ya 20 años viviendo en este lugar, dicen que nunca habían visto una nevada así. Y lo estamos pasando genial: escuchar como cae la nieve, por supuesto hemos hecho una guerra de bolas, hemos hecho nuestro muñeco de nieve, ¡una diosa de nieve, de hecho!
Cuando uno fluye con la Naturaleza y la ves alrededor, sin entrometerte en la escena, cuando no ve cosas como la que estamos viendo hoy y observas los copos caer, y observas los árboles acoger esa nieve en sus ramas, ves los pajarillos tímidos, ves como todo se limpia… Si te enganchas bien a esa sensación, te das cuenta que en tu interior hay Paz.

Cuando miras a algo o a alguien y dices “eso está bien, eso está mal…”, en realidad lo único que estás haciendo es poner una barrera entre la vida y tú. Entre eso que sucede -que es la Vida- que es por supuesto más grande que todos nosotros: más grande que tú, que yo, que el planeta, que la galaxia… La Vida es infinita, la Vida es Todo, la Vida es un fluir total, un caos absoluto de serendipias y de cruces de historias y de vida y de percepciones… que evidentemente no podemos controlar.
Así que solo nos queda dos cosas: observar la Vida como si fuera una maravillosa ola (de vida)… o intentar dominarla. ¡Buena suerte si eliges el segundo camino!

Poco a poco, a medida que uno va sembrando esa Paz en su interior, a medida que uno busca momentos a lo largo del día donde eso simplemente sucede, y lo observa y lo respeta y lo acepta, la vida se tranquiliza. Ya no necesitas tanto llegar a ningún lugar, porque el lugar es Aquí, y es Ahora; es lo que hay delante de ti. Es el reto que tiene el Instante, cada una diferente, o la persona. Es más la Vibración que uno consigue mantener. No todo el tiempo quizás, pero sí cada vez un poquito más, poquito más… Y se vuelve una droga. Bueno, como cualquier droga ¿no?

Y te respetas a ti. Y ese Respeto por todo es imposible de alcanzar si hay apego, si hay juicio. Y como todo es un espejo, solo puedes alcanzar la paz si te respetas a ti mismo.
Hmmm… ¡Qué guay!
