La primera pregunta que nos debemos de hacer es: ¿cuándo nos quitaron la capacidad de ser felices a voluntad?
La Sociedad que veo no promueve por defecto la mejora del nivel de Felicidad de sus ciudadanos. Más bien al contrario: por lo general, los medios de comunicación promueven, de forma constante y sostenida en el tiempo, noticias y situaciones negativas por encima de las positivas. ¿Venden más? Puede; pero una sociedad sana no debería permitirse esa deriva…
Tal y como están las cosas, es válido preguntarse: ¿Se puede alcanzar la Felicidad? ¿Qué papel juega la Sociedad en esta cuestión?
La realidad es que todos los Grandes Maestros coinciden en un punto: sí, se puede. Y se debe. Lo que ocurre es que hemos sido programados para confundir la Felicidad con el hecho de estar contento. La Felicidad es un estado permanente e independiente de las circunstancias, mientras que ‘estar contento’ es una emoción pasajera, presa de las circunstancias. La Felicidad es perfectamente compatible con ‘estar alegre’ o ‘estar triste’, porque está por encima de ambos.
Es más: la Felicidad es tu estado natural, es tu derecho básico. Todas las Tradiciones y Maestros coinciden en que se puede llegar a un estado de Paz tal, que bien se podría comparar a lo que sería un estado de… Felicidad. Y ese estado se puede mantener de forma constante y sostenida en el tiempo.
Permíteme sugerirte un pequeño truco para empezar a conquistar tu propia Felicidad. Cada vez que tengas que tomar una decisión, pregúntate lo siguiente: ¿esta decisión me va a hacer más feliz? No le añadas ni le quites nada a la pregunta: eres tú contra tu decisión, y nadie más tiene voto en esta cuestión. Solo tú debes ser capaz de elegir entre la decisión, y las consecuencias (que tú mism@ vas a obtener) al tomar dicha decisión.
Con el tiempo, tú verás si estás tomando demasiadas decisiones que no te hacen feliz. Y llegará un día donde tomarás más decisiones que (sí) te hacen feliz, simplemente porque la alternativa ya la conoces. Al principio puede que sean conquistas pequeñas, pero a medida que tú mism@ veas que al final… todo se arregla, decidirás conquistar más terreno a favor de tu Felicidad. Esas decisiones, grandes o pequeñas, pueden abarcar cualquier ámbito de tu vida: situaciones, personas, hábitos, grandes revelaciones, o simplemente decidir quitarte ese tic que arrastras desde hace tantos años… Todo puntúa.
Tu Felicidad no puede, ni debe, ser un dibujo perfecto. La Felicidad es como un faro, un Norte, un p’allá, hacia el que uno camina. Y a medida que la vamos conquistando, vamos ganando terreno, somos más conscientes de ella. No tienes que cambiarlo todo para ser (más) feliz. No tienes que tomar todas las decisiones hoy, sino a medida que surjan. Una a una, pagando con gusto el precio que cada una conlleva… diga lo que diga la Sociedad.
Y cuando has tomado muchas de esas decisiones, llega un día donde te das cuenta de que la Felicidad no solo se puede alcanzar, sino que es tu estado natural.
Bienvenid@ a tu Felicidad.
