Pues yo creo que es más fácil que todo eso; y esta no es idea mía, está me la enseñó mi maestro. Estábamos de curso y dijo una frase que me cambio por completo el paradigma:

Esto va de soltar lo que te sobra.

 

Haz como si fueras un globo aerostático y pudieras tirar los sacos de arena que te impiden elevarte a mayores alturas y vibraciones, porque esa es tu querencia natural, vibracional. Podemos ser felices aquí ahora, podemos iluminarnos (y lo digo con todas las letras) en esta vida. Tenemos perfecta capacidad física para ello e inteligencia de muchos tipos, como para conseguirlo en esta vida. Por supuesto que sí.

Pero para eso, hay que hacerlo al revés: no es cuestión de rezar más, no es cuestión de ser más beato, de ser más bueno y menos malo, sino simplemente, de soltar lo que te sobra. Y por querencia natural, cuando uno va soltando esas cosas de forma natural, uno se va alineando de forma natural con las vibraciones, con las personas, con las actividades, con las acciones, con las palabras que elevan tu vibración, y al final de todo eso la sensación es que empiezas un poco a mosquearte, porque es como vivir ya en el cielo, pero en esta vida. ¡Y aquí y ahora!

Es decir, no en un futurible donde todo el entorno es el que tú ya una vez había soñado o visualizado, no-no. Aquí y ahora, en tu vida tal y como está hoy, en tu entorno tal y como está hoy, con tus problemas y tus virtudes y tus éxitos y tus fracasos… tal y como están hoy. De eso va todo esto.

Y seguro que más de uno se va a preguntar ¿cómo voy a ser feliz yo? ¿Cómo voy a traer el cielo a la tierra, a este infierno de vida que tengo? O este infierno de país en el que vivo, o…

Ahí es donde está el camino.  Precisamente ahí es donde tienes que empezar a decidir qué es lo que vas a soltar. Y se pueden soltar no solo cosas físicas: se pueden soltar cosas físicas, decidir que vas a vivir de otra manera o en otro lugar, se pueden soltar hábitos y dejar adicciones, alimentarte mejor y dejar adicciones…

O mejor incluso: ser más consciente de tu respiración y de tu cuerpo, soltar relaciones tóxicas (esa gente que ves porque es lo que hay que hacer), se pueden soltar programas internos, soltar fobias, toda esa movida que tienes dentro que estás como una p*** cabra pero que sigues ahí dale-que-dale, con todo ese programa que no quieres soltar y ese programa cada vez que hace run-run tú haces ¡ouch! y te duele no-sé-qué…

Todo eso se puede ver y se puede obviamente cambiar. Y a medida que vas soltando todo eso, cada vez que sueltas una de esas… bajas un poquito más el Cielo a la Tierra. Yo no sé si llegará algún día donde digas “ya vivo en el cielo”, pero lo que sí te puedo confirmar es que te cambia la perspectiva.

Cambia mucho la perspectiva cuando ya no dependes tanto de lo que está sucediendo en tu vida, sino que, como tú empiezas a tener más control sobre tu vibración y tu forma de estar en el mundo (y lo digo así de general), vas empezando a tener cierto control y cierta querencia a cómo quieres vibrar. Y sí, claro que se puede parecer eso (o se debe parecer) cada vez, más a lo que podríamos llamar

bajar el Cielo a la Tierra, Aquí y Ahora.